jueves, 20 de enero de 2011

¿QUÉ HACER Y DECIR FRENTE AL DOLOR AJENO?



En el presente post proponemos unas pautas para conocer:
¿Qué hacer ante quién sufre la pérdida de un ser querido?
¿Cómo comportarnos si deseamos ayudar a quienes sufren el duelo?

*Dedicado a nuestros compañeros del dolor...

Cuando alguien cercano pierde a un ser muy querido, solemos decir: "si me necesitas llámame, para lo que necesites, para lo que sea".
Seguro que lo decimos con el corazón, pero lo primero que tenemos que saber es que quienes han sufrido una gran pérdida no tienen apenas voluntad ni fuerza para pedir ayuda.

¿De verdad podemos pensar y creer que alguien sumido en la mayor de las tristezas, sin deseos de vivir, puede descolgar el teléfono o dirigirse hasta tu puerta para decirte "te necesito"?

Se debe asumir por tanto que hay que tomar la iniciativa. Para ayudar a una persona que sufre deberemos mostrar comprensión y mucho amor. No esperar a que acudan a nosotros.
Se tiende a pensar que la pérdida hay que superarla rápidamente y sin ningún tipo de ayuda, aunque realmente no es así.
El peso del dolor resulta más soportable cuántas más espaldas carguen con él y ayuden a sobrellevarlo.
No nos limitemos a decir: "Si hay algo que hacer..." Encuentre ese "algo" por sí mismo, y entonces, si es conveniente, tome la iniciativa.

Pero ¿qué hacer...decir...cómo ayudar a quién está sufriendo tanto?

ACOMPAÑAR:
-Sujetar la mano...acariciar una mejilla...y ofrecer todo el apoyo que creamos necesario tanto física, emocional como espiritualmente.
-No se mantenga alejado por no saber qué decir o hacer. Es muy frecuente que nos asustemos ante el temor que produce el dolor que vemos y nos haga pensar:
"Es mejor dejarles ahora...Necesitan estar solos..."
Quizá nos mantengamos alejados porque temamos hacer o decir una inconveniencia, pero si evitamos estar con los dolientes se sentirán más solos e incomprendidos. Nuestra sola presencia puede infundirles ánimos.

SERENAR:
-Adoptar un aire reposado.
-Calmarles con palabras cariñosas y gestos suaves.
-Admitir con tolerancia las posibles manifestaciones de rabia, ira, llanto o cualquier brote de sentimientos y emociones contradictorios.
-Recalcar las veces que sean necesarias que es normal que se sientan en ese estado de confusión y ansiedad, insistiendo en que no se están volviendo "locos" y que todos esos sentimientos por extraños y virulentos que sean, son normales ante la situación que están viviendo.

ESCUCHAR, PERMITIR Y FAVORECER SU DESAHOGO:
-Es muy importante para el doliente que sienta que comparten su dolor.
-Dejarles expresarlo libremente y escucharles es esencial y una buena forma de aliviar su pena.
-Puede que necesiten hablar de su ser querido, de cómo sucedió el accidente o la enfermedad, qué pasó o qué siente en esos momentos.
-Por el contrario hay personas a las que les cuesta hablar y expresar lo que sienten.
Lo mejor es que decidan por sí mismos sin tener que sentirse obligados a "comportarse" de un modo determinado.
-No presionarles para que dejen de llorar, todo lo contrario, permitir su llanto y que puedan desahogarse.
-No temer que se desfoguen con nosotros. Ser pacientes y comprensivos.
-Es un gran error, creer que hay que evitar referirse al difunto ya que es muy doloroso para alguien en duelo, comprobar que ni siquiera nombren a su ser querido, no hablen de él o intenten evadir la conversación.
-Al contrario de lo que se piensa, es muy gratificante para el doliente oír las cualidades, detalles y gestos que hiciese en vida con ellos su persona querida.

COMPRENSIÓN:
-Nunca diga: "Se cómo te sientes"
¿De verdad lo sabe?
¿Cómo comprender, por ejemplo, lo que sienten los padres cuando muere un hijo si no se ha experimentado esa misma pérdida?...Y aun si la ha experimentado, tenga en cuenta que no todo el mundo reacciona de la misma forma.
-Una persona que ha experimentado la misma pérdida, puede ayudar mucho a otra en la misma situación, así podría confortar al doliente, saber cómo se sobrepuso de su pérdida contando su historia y dejar que la otra persona saque sus propias conclusiones.

EVITAR LAS FRASES HECHAS:
"La vida sigue"..."Dios lo ha querido así"..."Ya ha dejado de sufrir"... "Tienes otros hijos, marido, etc"..."Tienes una vida por delante"..."Puedes tener otro hijo"..."No te atormentes más"..."Tienes que intentar olvidar"...
-Este tipo de frases ¡Suelen provocar más dolor, desconcierto y hasta rabia e indignación! Evitemos pronunciarlas y si no sabemos qué decir, es mejor no decir nada y utilizar la comunicación no verbal (un abrazo, una mirada, un gesto...o compartir tiempos de silencio). Este tipo de comunicación mostrará comprensión y que sientan que hay alguien preocupado por ellos y por su familia.

BRINDARNOS EN TODO LO QUE PODAMOS:
-No existe una manera única de ayudar, unos lo pueden hacer resolviendo trámites o papeleos, otros en tareas domésticas, visitando y permaneciendo a su lado si lo desea, especialmente en fechas señaladas (aniversarios, navidades, vacaciones...), compartiendo actividades que le gratifiquen o de cualquier otra forma que pueda serle útil.
-Procurar que no estén solos mucho tiempo, respetando los momentos de soledad deseada y llenarles en lo posible el vacío de su pérdida.

TOMAR LA INICIATIVA, SI FUERA NECESARIO:
-Las personas en duelo suelen estar tan sumidas en su dolor, que éste les impide tener capacidad suficiente para enfrentarse a la ejecución o decisión de ciertas cuestiones o trámites. Su aturdimiento puede llevarles a no saber qué hacer, menos aún encargárselo a los demás, por tanto necesitan que alguien tome las decisiones por ellos.
-Siempre con la conveniente prudencia, si vemos que hay cosas que hacer ¡hagámoslas! tomemos la iniciativa. Es mejor decidir que preguntar cosas que son evidentes.

EVITAR DAR CONSEJOS FÁCILES O SOLUCIONES INMEDIATAS:
-Las personas en duelo se encuentran en un momento crucial de sus vidas y necesitan más que nunca del cariño, consuelo y apoyo de sus familiares y amigos.
Están tan heridos tanto moral, mental, física y espiritualmante que no se encuentran con la capacidad suficiente para tomar decisiones, sobre todo si el fallecimiento se ha producido de forma brusca y accidental, terrorismo o han estado desaparecidos cierto tiempo.
-En muchos casos los dolientes necesitarán bastante tiempo para asimilar la pérdida de un ser querido y no hay que atosigarles con consejos o demandarles que tomen decisiones precipitadas. Todo debe irse solucionando poco a poco, ¡habrá tiempo para ello!.
-Nunca les diga que se deshagan de la ropa u otros efectos personales del difunto. Tampoco que tienen que deshacerse de los objetos que les traen recuerdos porque le prolonguen o provoquen más aflicción.

OTRAS FORMAS DE AYUDA:
-Ser generoso y hospitalario invitándoles a casa, a viajar... Tal vez rechacen el ofrecimiento por temor a perder el control de sus emociones frente a otras personas.
También es posible que no les parezca bien disfrutar de compañía en tales momentos. En todo caso usted habrá dado el primer paso y los dolientes sabrán apreciarlo al percibir que no están solos y que alguien piensa en ellos.
-Escriba una carta, poema o tarjeta de consuelo...Personas que han pasado por una pérdida dolorosa, han comentado que les ayudó mucho recibir algún escrito o carta de amigos y familiares. Pueden ser compuestas de unas pocas palabras de consuelo, pero debe estar escrita con el corazón.
-Ayudarles a comenzar la tarea de escribir un diario, libro o también un blog que le ayude a expresar su dolor y sacarlo al exterior.
Tal vez deberíamos tener presente algo que un día escribiera W.Shakespeare........
"El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo a cenizas"


*Escrito en base a las aportaciones de nuestras propias vivencias y con la colaboración de:
-SOCIEDAD ESPAÑOLA DE CUIDADOS PALIATIVOS.
-A.M.A.D. Asociación de mutua ayuda ante el duelo.
-Fundación SEGUIR VIVIENDO SIN VOS (Argentina).
-Alain Giacchi.